domingo, 25 de marzo de 2012

Cap. 32. Parte 2

-Ah… es que empezaron a hacer cosas raras. ¿Tú crees en los hombres lobo? Bueno déjalo me vais a tomar por loco.-lo cogí del brazo para mostrarle que queríamos saber más sobre su historia.-Bueno los guerreros, oyeron una leyenda de que los hombres lobos dominarían la tierra, se volvieron locos y empezaron a matar gente sin pruebas de que fueran o no hombre lobos. Yo no creía en ello pero un día vi un animal que se podía decir que era gigantesco media casi dos metros, su pelaje era castaño tirando a rubio. No le vi intención de dañarme. A mí siempre me gustaron los animales. Se enteraron de que los lobos poseían una jerarquía y mandaron a su ¨arma secreta¨ a por los supuestos jefes. Desafortunadamente eran un matrimonio no muy mayor. Tenían una hija de unos 5 o 6 años, menos mal que la niña sabía llamar a la policía. No sé cómo pudieron romper una familia. Poco después de eso me quite, no soportaba ver tantas muertes inocentes, si los hombres lobos hubieran intentado dominar la tierra nos hubieran atacado, ellos se dedicaban a protegerse los unos a los otros e intentar defenderse. Pero poco podían hacer contra las armas de fuego. -Se me saltaban las lagrimas, esa historia se parecía mucho a la mía, de hecho estaba casi convencida de que era la mía. Las piezas empezaban a encajar, cada vez estaba más cerca del asesino de mis padres. Pronto lo encontraría y le haría pagar lo que había hecho.
Johnny me abrazó, le había contado lo de mis padres anteriormente, en esa época el estaba con los soldados, pero al tener tan poca edad no lo dejaban actuar en las misiones. Menos mal, no me hubiera gustado nada tener de novio a un cruel asesino. Johnny no era así, él era todo lo contrario.
-¿Y vosotros qué, qué os contáis?- no sabíamos si contarle la verdad, era muy arriesgado era un antiguo guerrero por lo que sabía manejar las armas y además lo acabábamos de reconocer. Pero era el único que podía ayudarme a averiguar quién era el asesino de mis padres.
-No deberíamos confiar en él, podría ser el asesino de tus padres o un mentiroso.- me susurro Johnny.
-Pero no creo que sea ninguno de esos dos ya has oído, él se quito de los guerreros cuando asesinaron a mis padres creo que deberíamos llevarlo con nosotros. Nos podría ayudar.-le susurre al oído. Él asintió a regañadientes.- Matt, te va a sonar un poco raro pero aún así… Tenemos que contarte algo. Nosotros somos hombres lobos, huimos de Arizona perseguidos por los guerreros. Ahora vivimos en Groenlandia pero como hace poco fue mi cumpleaños unos amigos nos regalaron estos billetes a San Francisco. Te digo esto porque aquel matrimonio que mataron, eran mis padres… Me preguntaría si serías tan amable de ayudarme a encontrar al asqueroso que hizo tal crueldad.-Johnny se estremeció, parecía que no sabía que yo era tan agresiva, pero tratándose de la muerte de mis padres  eso no era más que empezar.
-Vale te ayudare Sandy, no tengo mucha más información ya que yo era pequeño en ese tiempo. Mis padres decidieron mandarme allí en vez del instituto. Estaban convencidos de que los estudios no me servirían para nada. Mi padre también había sido un guerrero, pero por entonces se dedicaban a luchar en las guerras para proteger la patria. Yo asistía encantado. Quería ser protagonista de las aventuras que me contaba mi padre, pero todo cambió cuando se dedicaron a perseguiros cómo si de monstruos se tratase. Te ayudare en todo lo que pueda. Pillaremos a ese cabrón- Vi en sus ojos la determinación que necesitaba para darme ánimos. Acaba de emprender la búsqueda del asesino y no acabaría hasta dar con él.

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