Dos horas más tarde ya estábamos a punto de
llegar a lo que podíamos llamar nuestro hogar. Solo habíamos pasado fuera unos
cuantos días. Pero a mí, a pesar de que me lo había pasado muy bien en la playa
con Johnny, se me habían pasado como si hubieran sido meses. Estaba deseando
volver a verlos a todos. Matt estaba un
poco nervioso porque por muy seguro que pareciera, a todos nos ponía
nerviosos la opinión que tiene la gente con la que vivirás los próximos días.
El taxi nos dejó en una zona un poco retirada
de donde se encontraba la casa. Pero nada comparado con lo que hubiéramos
tenido que andar de habernos dejado en la ciudad. Andamos por el bosque. Johnny
y yo queríamos convertirnos en lobos para no tardar más de dos minutos en
llegar pero estando Matt, tendríamos que ir con forma humana.
Estábamos cerca. Casi podía ver sus caras
sonrientes al recibirnos y la bonita casa en el fondo. Cuando llegamos,
Isabelle y Lily estaban jugando con Emily en una pequeña caja de arena. Henry
se encontraba enfrente de la pequeña casa, antes en construcción, dándole una
mano de pintura blanca. Camy estaba con Rosie y Billy, plantando unas flores
que desde aquí parecían amapolas. Yo lo había pensado anteriormente, pero como
no paraba de llegar gente, pensé que no estábamos para detallitos. Jisa y
Eliseo debían de estar haciendo la comida.
En cuanto nos vieron se echaron a mis brazos.
Johnny se sintió un poco marginado. Pero inmediatamente después Isabelle y Lily
lo abrazaron también. Henry espero a que todos me recibieran para poder pasar
más tiempo conmigo. Cuando Jisa y Eliseo salieron e imitaron a los demás. Camy
salió poco después y se unió a la bienvenida.
Solo que ellos se repartieron para no dejar de lado a Johnny. En cuanto
terminaron Henry vino a abrazarme. Me estrecho con sus fuertes brazos. Era cosa
mía o se había puesto más fuerte. Antes tenía fuerza pero ahora podía levantarme
con un brazo.
-Ohh, alguien ha hecho una visita al
gimnasio.- dije bromeando. Su sonrisa se ensancho. No creo que hubiera ido al
gimnasio, pero se le notaba que había hecho esfuerzos para estar más fuerte.
-Como te he echado de menos Sandy. No te imaginas
cuanto.- me examino de arriba abajo, deteniéndose unos cuantos segundos en cada
parte. – Veo que te has puesto morena…- dijo cuando volvió a mirarme otra vez a
los ojos.
No me había fijado, ya que solo estuvimos os
un poco en la playa y como después paso lo de Evan, no había tenido tiempo de
mirarme bien en el espejo. Le iba a contestar cuando Matt carraspeo. No me
había dado cuenta de que no lo habíamos presentado.
-A por cierto, este es Matt. Era un antiguo
guerrero que lo dejo cuando empezaron a asesinarnos. – decidí que se sentirían
más seguros si especificaba sobre su identidad, ya que no solíamos meter
extraños en casa, exceptuando a los lobos sin hogar.
-Bueno, yo no me habría presentado así, pero
me vale.- Empezaron a darse besos. Habíamos cogido una costumbre de dar dos
besos cada vez que nos presentaban a alguien o nos despedíamos. Entre beso y beso podía ver como Matt
disfrutaba de la situación, no me había parado a pensarlo pero si iba huyendo
de Evan no estaba acostumbrado a tanto “cariño familiar”.