domingo, 3 de junio de 2012

Capítulo 40. Regreso a mi hogar


 Dos horas más tarde ya estábamos a punto de llegar a lo que podíamos llamar nuestro hogar. Solo habíamos pasado fuera unos cuantos días. Pero a mí, a pesar de que me lo había pasado muy bien en la playa con Johnny, se me habían pasado como si hubieran sido meses. Estaba deseando volver a verlos a todos. Matt estaba un  poco nervioso porque por muy seguro que pareciera, a todos nos ponía nerviosos la opinión que tiene la gente con la que vivirás los próximos días.
El taxi nos dejó en una zona un poco retirada de donde se encontraba la casa. Pero nada comparado con lo que hubiéramos tenido que andar de habernos dejado en la ciudad. Andamos por el bosque. Johnny y yo queríamos convertirnos en lobos para no tardar más de dos minutos en llegar pero estando Matt, tendríamos que ir con forma humana.
Estábamos cerca. Casi podía ver sus caras sonrientes al recibirnos y la bonita casa en el fondo. Cuando llegamos, Isabelle y Lily estaban jugando con Emily en una pequeña caja de arena. Henry se encontraba enfrente de la pequeña casa, antes en construcción, dándole una mano de pintura blanca. Camy estaba con Rosie y Billy, plantando unas flores que desde aquí parecían amapolas. Yo lo había pensado anteriormente, pero como no paraba de llegar gente, pensé que no estábamos para detallitos. Jisa y Eliseo debían de estar haciendo la comida.
En cuanto nos vieron se echaron a mis brazos. Johnny se sintió un poco marginado. Pero inmediatamente después Isabelle y Lily lo abrazaron también. Henry espero a que todos me recibieran para poder pasar más tiempo conmigo. Cuando Jisa y Eliseo salieron e imitaron a los demás. Camy salió poco después y se unió a la bienvenida.  Solo que ellos se repartieron para no dejar de lado a Johnny. En cuanto terminaron Henry vino a abrazarme. Me estrecho con sus fuertes brazos. Era cosa mía o se había puesto más fuerte. Antes tenía fuerza pero ahora podía levantarme con un brazo.
-Ohh, alguien ha hecho una visita al gimnasio.- dije bromeando. Su sonrisa se ensancho. No creo que hubiera ido al gimnasio, pero se le notaba que había hecho esfuerzos para estar más fuerte.
-Como te he echado de menos Sandy. No te imaginas cuanto.- me examino de arriba abajo, deteniéndose unos cuantos segundos en cada parte. – Veo que te has puesto morena…- dijo cuando volvió a mirarme otra vez a los ojos.
No me había fijado, ya que solo estuvimos os un poco en la playa y como después paso lo de Evan, no había tenido tiempo de mirarme bien en el espejo. Le iba a contestar cuando Matt carraspeo. No me había dado cuenta de que no lo habíamos presentado.
-A por cierto, este es Matt. Era un antiguo guerrero que lo dejo cuando empezaron a asesinarnos. – decidí que se sentirían más seguros si especificaba sobre su identidad, ya que no solíamos meter extraños en casa, exceptuando a los lobos sin hogar.
-Bueno, yo no me habría presentado así, pero me vale.- Empezaron a darse besos. Habíamos cogido una costumbre de dar dos besos cada vez que nos presentaban a alguien o nos despedíamos.  Entre beso y beso podía ver como Matt disfrutaba de la situación, no me había parado a pensarlo pero si iba huyendo de Evan no estaba acostumbrado a tanto “cariño familiar”.

Capítulo 40. (Parte 2)


Vi una pequeña chispa en los ojos de Matt, pero no me había fijado desde cuando estaba ahí. A ver si Matt se iba a enamorar. Seguramente se le habría metido  algo en el ojo. Pero a mí me gustaba montar algún que otro culebrón. La verdad es que aunque no nos dábamos cuenta tendíamos a hacer pequeños grupos. Yo siempre estaba con Johnny o Henry, Camy, Isabelle y Lily casi siempre andaban juntas, Jisa y Eliseo, eran un matrimonio me parecía normal y Billy iba detrás de Rosie, puede que él no se diera cuenta, pero Rosie se había acostumbrado a estar con él.
Henry se mostraba un poco distante. Era normal sus experiencias con  antiguos guerreros no habían sido muy buenas que digamos. Los guerreros mataron a su madre y a su hermano pequeño, Derek no había hecho nada para caerle bien, claro que tampoco tenía nada en contra de él, y Johnny… En fin mejor no hablar de Johnny.
Matt se dirigió a él para saludarlo y Henry como una persona educada que era lo saludo como habría hecho con todos los demás. 
Me fije en los alrededores. La casita para invitados estaba terminada. Solo había que esperar a que secara la pintura blanca. Y se quitara un poco el olor. Parecía verdaderamente acogedora. Los pájaros se posaban en el tejado de color rojo y piaban como locos. Henry me cogió de la mano y me echo un poco para atrás para poder hablar a solas conmigo. Últimamente la intimidad le importaba mucho a Henry, no sé si era para poner celoso a Johnny o por simple placer, pero a mí no me molestaba, siempre que no me llevara al claro.
-Sandy, tengo que decirte una cosa. Mira, en estos días que has estado fuera han pasado cosas. –No sé lo que iba a decirme pero sus labios, que antes estaban formando una enorme sonrisa, ahora formaban una simple línea recta. – Sandy…- Espero que no me fuera a decir otra vez lo que sentía por mí. Yo lo tenía claro, no podía corresponderle, después de pasar estos días a solas con Johnny pensaba de forma diferente. Henry era mi amigo, ¿por qué voy a pedir más teniendo a mi Extin a mi lado?
De repente me fije en una fina sombra  que asomaba por la puerta de la casa central. Volví a mirar y me di cuenta de que era una chica. Llevaba una camisa de tirantes con rayas azul marinas y blancas, y unos shorts azul marinos que no se podían llamar shorts porque le llegaban por la rodilla. No sabía quién era,  pero algo en mi interior me decía que no traería nada bueno.