domingo, 25 de marzo de 2012

capítulo 32. El avión.

Pasamos por un estrecho camino, que según decía la señorita que estaba fuera, conducía al avión. Yo la verdad no sabía si creérmelo ya que yo había visto aviones desde un gran mirador pero íbamos hacia el lado contrario. Al final la señorita tuvo razón, por algo trabajaba aquí.
Subimos al avión, la gente iba empujando para encontrar sus asientos mientras Johnny buscaba los billetes para ver el número en el que debíamos sentarnos. Por fin los encontró, nos tocaba sentarnos en el 22 y el 23, a Johnny le había tocado el lado de la ventanilla. Creo que así era mejor ya que nunca había comprobado si me daban miedo los aviones. A mí me toco cerca de un apuesto joven. Tenía un aspecto salvaje. El pelo rubio y los ojos verdes, era bastante guapo pero en mi opinión, nunca podría competir con Henry ni Johnny. Me miro por el rabillo del ojo. Vio que lo había notado y se presento.
-Hey, yo soy Matt.-el flequillo se le corrió a los ojos y hizo ese movimiento que suele volver locas a las chicas.-Parece que va a ser un viaje largo.- Parecía simpático, así podría hablar con dos personas en vez de con Johnny solo. Me gustaba mucho hablar con Johnny, pero cuando quería estar callado…
-Hola yo soy Sandy, y este es mi novio Johnny.-Johnny se asomo al oír su nombre y se dieron un apretón de manos, como saludo. A diferencia de Henry, Matt recibió a Johnny casi igual que a mí. Parece que su simpatía no iba solo hacía las chicas sino que era su personalidad normalmente. Mejor lo único que necesitaba ahora era otro tío detrás de mí.
-Encantado… ¿Qué de viaje de novios?-pregunto alzando las dos cejas varias veces. Su gesto me hizo gracia.
-Bueno en cierto modo sí. Pero no estamos casados.-dijo Johnny.
-Pues vaya, entonces me ha tocado una pareja de tortolitos. Vaya mierda, todo el viaje oins mi cuqui, besitos, besitos.- Nosotros nos reímos, no pensábamos para nada pasarnos el viaje así. Quizá algún beso robado pero…
El trayecto era bastante largo así que decidimos contar chistes malos. Eran nada menos que 12 horas de viaje.
-Yo tengo uno buenísimo. - Y tú, ¿cómo te llamas? Yo, Bienvenido. ¡Anda! ¡Como mi felpudo!- no sé lo que entendía como chiste bueno, pero por lo menos soltamos unas risas de lo malo que era.
-Me toca. –Dijo Johnny-Como se dice me han robado la moto en Japonés: Yanoviomiyamaha.-esos eran los chistes más malos que había oído desde hace mucho tiempo pero aún así, nos reíamos de todos como si fueran los mejores chistes del mundo.
Seguimos así hasta que se les acabaron los chistes. Me dolía la mandíbula de tanto reírme. En ese momento me acorde de las chicas, todas mis amigas les hubiera encantado estar aquí. Isabelle, Lily, Camy y Rosie les habría gustado conocer a Matt, creo que es del tipo del chico que les gustaba a ellas.
Hablamos de muchas cosas. Entre ellas salió el tema de que Matt estuvo en el ejército. Nos sorprendimos ante tal información y lo primero que pensamos fue en que era un guerrero pero viendo nuestras caras de preocupación nos dijo que lo había dejado hace mucho tiempo. Ya que era nuestra única fuente de información decidimos hacerle algunas preguntas para averiguar más cosas de los guerreros. Johnny también había formado parte de ellos, pero decía que sospechaban de él y lo dejaban al margen de casi todo.
-Matt ¿te importaría si te hago una pregunta?- Matt negó con la cabeza, parecía tan risueño como cuando contábamos chistes.-¿Por qué dejaste el ejercito?

Cap. 32. Parte 2

-Ah… es que empezaron a hacer cosas raras. ¿Tú crees en los hombres lobo? Bueno déjalo me vais a tomar por loco.-lo cogí del brazo para mostrarle que queríamos saber más sobre su historia.-Bueno los guerreros, oyeron una leyenda de que los hombres lobos dominarían la tierra, se volvieron locos y empezaron a matar gente sin pruebas de que fueran o no hombre lobos. Yo no creía en ello pero un día vi un animal que se podía decir que era gigantesco media casi dos metros, su pelaje era castaño tirando a rubio. No le vi intención de dañarme. A mí siempre me gustaron los animales. Se enteraron de que los lobos poseían una jerarquía y mandaron a su ¨arma secreta¨ a por los supuestos jefes. Desafortunadamente eran un matrimonio no muy mayor. Tenían una hija de unos 5 o 6 años, menos mal que la niña sabía llamar a la policía. No sé cómo pudieron romper una familia. Poco después de eso me quite, no soportaba ver tantas muertes inocentes, si los hombres lobos hubieran intentado dominar la tierra nos hubieran atacado, ellos se dedicaban a protegerse los unos a los otros e intentar defenderse. Pero poco podían hacer contra las armas de fuego. -Se me saltaban las lagrimas, esa historia se parecía mucho a la mía, de hecho estaba casi convencida de que era la mía. Las piezas empezaban a encajar, cada vez estaba más cerca del asesino de mis padres. Pronto lo encontraría y le haría pagar lo que había hecho.
Johnny me abrazó, le había contado lo de mis padres anteriormente, en esa época el estaba con los soldados, pero al tener tan poca edad no lo dejaban actuar en las misiones. Menos mal, no me hubiera gustado nada tener de novio a un cruel asesino. Johnny no era así, él era todo lo contrario.
-¿Y vosotros qué, qué os contáis?- no sabíamos si contarle la verdad, era muy arriesgado era un antiguo guerrero por lo que sabía manejar las armas y además lo acabábamos de reconocer. Pero era el único que podía ayudarme a averiguar quién era el asesino de mis padres.
-No deberíamos confiar en él, podría ser el asesino de tus padres o un mentiroso.- me susurro Johnny.
-Pero no creo que sea ninguno de esos dos ya has oído, él se quito de los guerreros cuando asesinaron a mis padres creo que deberíamos llevarlo con nosotros. Nos podría ayudar.-le susurre al oído. Él asintió a regañadientes.- Matt, te va a sonar un poco raro pero aún así… Tenemos que contarte algo. Nosotros somos hombres lobos, huimos de Arizona perseguidos por los guerreros. Ahora vivimos en Groenlandia pero como hace poco fue mi cumpleaños unos amigos nos regalaron estos billetes a San Francisco. Te digo esto porque aquel matrimonio que mataron, eran mis padres… Me preguntaría si serías tan amable de ayudarme a encontrar al asqueroso que hizo tal crueldad.-Johnny se estremeció, parecía que no sabía que yo era tan agresiva, pero tratándose de la muerte de mis padres  eso no era más que empezar.
-Vale te ayudare Sandy, no tengo mucha más información ya que yo era pequeño en ese tiempo. Mis padres decidieron mandarme allí en vez del instituto. Estaban convencidos de que los estudios no me servirían para nada. Mi padre también había sido un guerrero, pero por entonces se dedicaban a luchar en las guerras para proteger la patria. Yo asistía encantado. Quería ser protagonista de las aventuras que me contaba mi padre, pero todo cambió cuando se dedicaron a perseguiros cómo si de monstruos se tratase. Te ayudare en todo lo que pueda. Pillaremos a ese cabrón- Vi en sus ojos la determinación que necesitaba para darme ánimos. Acaba de emprender la búsqueda del asesino y no acabaría hasta dar con él.