Finalmente las chicas dejaron de
fingir y Lily volvió a preguntar mientras las demás se inclinaban para oír mi
respuesta. Parece que no iba a poder evitar esa conversación así que como dice
la gente cuanto antes mejor.
-Te hemos oído llorar. ¿Qué te
pasa Sandy? A nosotras puedes contárnoslo, ¿Qué vistes en la despensa?- Las
tres me miraban de forma inquisitiva, sus preguntas me confirmaban que habían
subido a ayudarme antes de mirar en el interior de la despensa.
Aunque sabía que todavía no era capaz de decir
lo que me pasaba sin mostrar sentimiento alguno, pero en algo tenían razón,
podía confiar en ellas.
-Pues veréis, lo que he visto en
la despensa…- Un largo silencio se apodero de la habitación, iban a intervenir
otra vez, pero decidí que sería mejor decirlo de una vez, de un tirón, se
supone que cuanto más rápido menos debía doler. -A Charlotte y Henry morreandose
dentro. -Poco después me di cuenta de que el dicho era totalmente incierto,
había dolido lo mismo. Las chicas me miraron como si no se pudieran creer mi
afirmación. Quizás debía haber sido un poco más delicada, a lo mejor el golpe
hubiera sido menos para mí si hubiera utilizado otras palabras, pero ahora que
mas daba el daño estaba hecho.
-Joder, otra que no pierde el
tiempo.- dijo Camy, sus palabras hicieron que una pequeña sonrisa asomaran en
mis labios. Ellas siempre querías sacar una sonrisa de mis labios, aunque se
tratara de alguna situación mucho más triste que esta, estaba segura de que nunca
se rendirían.
Eso me recordó a cuando Nicole y
yo vivíamos juntas, por muy mal que yo estuviera ella hacía todo lo que
estuviera en su mano para que yo sonriera. Pensé que si estuviera aquí diría
alguna incoherencia para hacerme pensar en otra cosa o experimentar cualquier
sentimiento, siempre y cuando, este no fuera tristeza.
-Me parece muy fuerte que Henry
no nos dijera nada.-Añadió Isabelle.
-Habéis visto la camiseta que
llevaba hoy Charlotte, era totalmente hortera.- Las chicas empezaron a murmurar
toda clase de críticas dirigidas a la vestimenta de Charlotte. Las críticas
muchas veces ayudaban a sentirte mejor, pero ese no era el caso, no me valía de
nada despellejar a Charlotte, ella y Henry seguirían amándose.
-Chicas no hace falta que la
critiquéis. - Me miraron como si me hubiera dado un gran golpe en la cabeza.
-Pero Sandy, es una guarra, te
ha robado a Henry, además no se lo merece si hubiera sido otra persona…- Camy
no termino la frase, ya que se dio cuenta de que no me hacía sentir mejor. Comprendieron mi punto de
vista y todas callaron.
-Yo le rechace, puede rehacer su
vida cuando quiera y con quien quiera.- Rosie asintió levemente con la cabeza y
la sala de estar volvió a quedar en silencio.
Llegó la hora de acostarse y me
dirigí a la habitación, no había visto a Johnny desde esta mañana, lo que
viviendo en la misma casa era realmente extraño, era como si se lo hubiera
tragado la tierra. Me tumbe en la cama y me quede en silencio mirando el techo,
tantas cosas maravillosas durante la mañana y una sola cosa me ha estropeado el
día. Vi que la puerta se habría y Johnny apareció tras ella. Solté un largo
suspiro, esperaba que fuera Henry dispuesto a explicarme lo de este medio día,
a decirme que aunque estaba con Charlotte me seguía queriendo como amiga, que
nuestras mañanas de caza no se iban a acabar, que no se iban a mudar juntos y a
ser felices para siempre.
-¿Qué te pasa cariño?- Pregunto
mirándome con aquellos ojos azules. La forma en la que me miro hizo que fuera
incapaz de mentirle, parecía que con esa mirada me entregaba su alma, que
confiaba tanto en mí que sabía que le diría la verdad sin ni siquiera
pensármelo.