domingo, 25 de marzo de 2012

capítulo 32. El avión.

Pasamos por un estrecho camino, que según decía la señorita que estaba fuera, conducía al avión. Yo la verdad no sabía si creérmelo ya que yo había visto aviones desde un gran mirador pero íbamos hacia el lado contrario. Al final la señorita tuvo razón, por algo trabajaba aquí.
Subimos al avión, la gente iba empujando para encontrar sus asientos mientras Johnny buscaba los billetes para ver el número en el que debíamos sentarnos. Por fin los encontró, nos tocaba sentarnos en el 22 y el 23, a Johnny le había tocado el lado de la ventanilla. Creo que así era mejor ya que nunca había comprobado si me daban miedo los aviones. A mí me toco cerca de un apuesto joven. Tenía un aspecto salvaje. El pelo rubio y los ojos verdes, era bastante guapo pero en mi opinión, nunca podría competir con Henry ni Johnny. Me miro por el rabillo del ojo. Vio que lo había notado y se presento.
-Hey, yo soy Matt.-el flequillo se le corrió a los ojos y hizo ese movimiento que suele volver locas a las chicas.-Parece que va a ser un viaje largo.- Parecía simpático, así podría hablar con dos personas en vez de con Johnny solo. Me gustaba mucho hablar con Johnny, pero cuando quería estar callado…
-Hola yo soy Sandy, y este es mi novio Johnny.-Johnny se asomo al oír su nombre y se dieron un apretón de manos, como saludo. A diferencia de Henry, Matt recibió a Johnny casi igual que a mí. Parece que su simpatía no iba solo hacía las chicas sino que era su personalidad normalmente. Mejor lo único que necesitaba ahora era otro tío detrás de mí.
-Encantado… ¿Qué de viaje de novios?-pregunto alzando las dos cejas varias veces. Su gesto me hizo gracia.
-Bueno en cierto modo sí. Pero no estamos casados.-dijo Johnny.
-Pues vaya, entonces me ha tocado una pareja de tortolitos. Vaya mierda, todo el viaje oins mi cuqui, besitos, besitos.- Nosotros nos reímos, no pensábamos para nada pasarnos el viaje así. Quizá algún beso robado pero…
El trayecto era bastante largo así que decidimos contar chistes malos. Eran nada menos que 12 horas de viaje.
-Yo tengo uno buenísimo. - Y tú, ¿cómo te llamas? Yo, Bienvenido. ¡Anda! ¡Como mi felpudo!- no sé lo que entendía como chiste bueno, pero por lo menos soltamos unas risas de lo malo que era.
-Me toca. –Dijo Johnny-Como se dice me han robado la moto en Japonés: Yanoviomiyamaha.-esos eran los chistes más malos que había oído desde hace mucho tiempo pero aún así, nos reíamos de todos como si fueran los mejores chistes del mundo.
Seguimos así hasta que se les acabaron los chistes. Me dolía la mandíbula de tanto reírme. En ese momento me acorde de las chicas, todas mis amigas les hubiera encantado estar aquí. Isabelle, Lily, Camy y Rosie les habría gustado conocer a Matt, creo que es del tipo del chico que les gustaba a ellas.
Hablamos de muchas cosas. Entre ellas salió el tema de que Matt estuvo en el ejército. Nos sorprendimos ante tal información y lo primero que pensamos fue en que era un guerrero pero viendo nuestras caras de preocupación nos dijo que lo había dejado hace mucho tiempo. Ya que era nuestra única fuente de información decidimos hacerle algunas preguntas para averiguar más cosas de los guerreros. Johnny también había formado parte de ellos, pero decía que sospechaban de él y lo dejaban al margen de casi todo.
-Matt ¿te importaría si te hago una pregunta?- Matt negó con la cabeza, parecía tan risueño como cuando contábamos chistes.-¿Por qué dejaste el ejercito?

Cap. 32. Parte 2

-Ah… es que empezaron a hacer cosas raras. ¿Tú crees en los hombres lobo? Bueno déjalo me vais a tomar por loco.-lo cogí del brazo para mostrarle que queríamos saber más sobre su historia.-Bueno los guerreros, oyeron una leyenda de que los hombres lobos dominarían la tierra, se volvieron locos y empezaron a matar gente sin pruebas de que fueran o no hombre lobos. Yo no creía en ello pero un día vi un animal que se podía decir que era gigantesco media casi dos metros, su pelaje era castaño tirando a rubio. No le vi intención de dañarme. A mí siempre me gustaron los animales. Se enteraron de que los lobos poseían una jerarquía y mandaron a su ¨arma secreta¨ a por los supuestos jefes. Desafortunadamente eran un matrimonio no muy mayor. Tenían una hija de unos 5 o 6 años, menos mal que la niña sabía llamar a la policía. No sé cómo pudieron romper una familia. Poco después de eso me quite, no soportaba ver tantas muertes inocentes, si los hombres lobos hubieran intentado dominar la tierra nos hubieran atacado, ellos se dedicaban a protegerse los unos a los otros e intentar defenderse. Pero poco podían hacer contra las armas de fuego. -Se me saltaban las lagrimas, esa historia se parecía mucho a la mía, de hecho estaba casi convencida de que era la mía. Las piezas empezaban a encajar, cada vez estaba más cerca del asesino de mis padres. Pronto lo encontraría y le haría pagar lo que había hecho.
Johnny me abrazó, le había contado lo de mis padres anteriormente, en esa época el estaba con los soldados, pero al tener tan poca edad no lo dejaban actuar en las misiones. Menos mal, no me hubiera gustado nada tener de novio a un cruel asesino. Johnny no era así, él era todo lo contrario.
-¿Y vosotros qué, qué os contáis?- no sabíamos si contarle la verdad, era muy arriesgado era un antiguo guerrero por lo que sabía manejar las armas y además lo acabábamos de reconocer. Pero era el único que podía ayudarme a averiguar quién era el asesino de mis padres.
-No deberíamos confiar en él, podría ser el asesino de tus padres o un mentiroso.- me susurro Johnny.
-Pero no creo que sea ninguno de esos dos ya has oído, él se quito de los guerreros cuando asesinaron a mis padres creo que deberíamos llevarlo con nosotros. Nos podría ayudar.-le susurre al oído. Él asintió a regañadientes.- Matt, te va a sonar un poco raro pero aún así… Tenemos que contarte algo. Nosotros somos hombres lobos, huimos de Arizona perseguidos por los guerreros. Ahora vivimos en Groenlandia pero como hace poco fue mi cumpleaños unos amigos nos regalaron estos billetes a San Francisco. Te digo esto porque aquel matrimonio que mataron, eran mis padres… Me preguntaría si serías tan amable de ayudarme a encontrar al asqueroso que hizo tal crueldad.-Johnny se estremeció, parecía que no sabía que yo era tan agresiva, pero tratándose de la muerte de mis padres  eso no era más que empezar.
-Vale te ayudare Sandy, no tengo mucha más información ya que yo era pequeño en ese tiempo. Mis padres decidieron mandarme allí en vez del instituto. Estaban convencidos de que los estudios no me servirían para nada. Mi padre también había sido un guerrero, pero por entonces se dedicaban a luchar en las guerras para proteger la patria. Yo asistía encantado. Quería ser protagonista de las aventuras que me contaba mi padre, pero todo cambió cuando se dedicaron a perseguiros cómo si de monstruos se tratase. Te ayudare en todo lo que pueda. Pillaremos a ese cabrón- Vi en sus ojos la determinación que necesitaba para darme ánimos. Acaba de emprender la búsqueda del asesino y no acabaría hasta dar con él.

domingo, 18 de marzo de 2012

Cap 31. El viaje

No sabía que decirle, pero si quería mantenerlo a mi lado debería decirle que lo quiero, de hecho no era mentira, yo lo quería, la única pega era que también quería a Henry. Pero eso él no lo comprendería.
-Yo también te quiero cariño. Yo también te quiero.-Johnny se alegro de oír mis palabras, y me volvió a besar, ese beso era dulce e intenso. Mostraba todo el amor que sentía hacia mí, tanto amor que parecía mentira que pudiera coger en una sola persona. Sus manos recorrieron mi espalda. Pero de repente todo se quedó en silencio.
-Uhhh…Iros a un hotel. Que aquí hay menores de edad-nos gritó Camy. Nos separamos y volvimos a unirnos al grupo.  A pesar de haber interrumpido uno de los momentos más románticos de mi vida, me eche a reír. Johnny también lo hizo
-Bueno ya lo has oído. Vamos Sandy, la cama nos espera. – Por su tono de voz sabía que estaba de broma, pero por un momento pensé en cuanto tiempo había estado esperando esa situación. Todos rieron menos Henry que permaneció al lado de Camy en silencio.
-¿Oye qué hora es?-pregunte, no sé que era pero presentía que se nos pasaba la hora. Eso y que no sabía cómo seguir la broma de Johnny sin dañar a Henry, que ya había puesto cara de pocos amigos.
-Son las 5:00, joder las 5:00 de la mañana. Tenemos que volver a casa, desayunaremos y nos acostaremos.-todos reímos ante la idea de desayunar antes de acostarnos. Nosotros no éramos de la gente que estaba acostumbrada a acostarnos después de las 3:00, a las personas fiesteras les parecía normal pero para nosotros hoy era una ocasión única.
-Mira ahí hay una planta…jajajajaja!!-la falta de sueño me afectaba gravemente al cerebro, pero no solo era a mí.
-Joder, una planta. Y es verde…-Billy parecía que se había fumado la planta que acababa de ver. Dejamos de hablar cuando pensamos lo anterior que habíamos dicho, parecíamos tontos, que digo éramos un insulto para los tontos.
Llegamos a casa, aparte de la risa tonta y hacer que no usara el cerebro la falta de sueño también me producía hiperactividad, subí las escaleras corriendo y me tire en la cama. Para mí era demasiado pronto para dormir, ahora me sentía como si me hubiera tomado 5 litros de coca cola. Me puse a hacerme la maleta, termine antes de lo pensado ya que no tenía casi ropa que echarme. Me puse el pijama nuevo y me acorde de que tenía que desayunar. Baje las escaleras corriendo sin preocuparme porque todos me vieran en pijama. Me comí un tazón de cereales de chocolate muy crujientes con un poco de leche fría.

Cap 31. Parte 2

Me encontré a Johnny haciéndose la maleta, el tenía unas cuantas cosas más que yo, pero estaba visto que con una maleta para los dos íbamos más que sobrados. Nos acostamos y nos quedamos durmiendo en nada de tiempo, hoy había sido un día fantástico y espero que mañana fuera igual o mejor.

Me desperté a las 7:00 de la mañana, no había podido dormir casi nada, no paraba de dar vueltas en la cama, no encontraba el lado en el que dormir. Siempre me pasaba, los días en los que estaba un poco nerviosa por poco que fuera me pasaba casi toda la noche mirando el reloj. Desperté a Johnny de tanto moverme.
-Sandy. ¿Qué hora es?-preguntó con voz de zombie.
-Las 7:15 justas.- Respondí yo totalmente despierta.
-Joder, quedan todavía 3 horas para irnos. Eligieron esa hora para que no tuviéramos que despertarnos temprano. –me dijo intentando volver a dormirse.
-Cariñoooo, creía que estabas ilusionado con este viaje. Ya veo que no quieres venirte conmigo.- Se sentó en la cama mirándome, y me dio un pequeño beso.
-No juegues con mis sentimientos… Te quiero.-No sé por qué le gustaba tanto esa palabra, yo ya me sentía muy cursi llamándolo cariño.  
Me vestí y salí corriendo escaleras abajo. No sé cómo me había despertado tan temprano creía que me iba a despertar con el tiempo justo, seguramente eso era lo que me había puesto nerviosa. No iba a desayunar dos veces por lo que agarre a Johnny del brazo y lo saqué de la casa. Nadie se había despertado para despedirnos. -Que poca vergüenza- Pensé. Salimos del bosque y en la ciudad pedimos un taxi.

Era una de las pocas veces que me había montado en un taxi, mis padres pensaban que eran demasiado caros. El taxista era un hombre con una cara afable, un poco mayor y que iba vestido con un uniforme azul marino y una corbata. Bien podía  haber sido una limusina ya que el uniforme le iba bastante bien.
-Hola caballero y damisela. ¿Dónde quiere que los lleve?-el hombre nos miro y soltó una sonrisa, parecía demasiado amable como para pertenecer a esta ciudad. En las ciudades la gente solía ser arrogante y no prestar mucha atención a nadie. Pero ese señor era muy agradable.
-Al aeropuerto por favor.- Dijo Johnny educadamente, seguro que también había notado la amabilidad del señor.
-Señor ya sé que no es de mi incumbencia pero ¿Cuál es su nombre?-el taxista me miró y soltó una sonrisa, parecía que le había alegrado el día.
-Que chica más simpática, no la pierdas muchacho. Mi nombre es Félix, hacía más de tres semanas que nadie me dirigía la palabra en este taxi. Estaba convencido que era culpa mía.
-No diga eso Félix, usted es mucho mejor persona que toda esa gente que no le dirige la palabra, además de ser de mala educación.
Estuvimos hablando todo el camino con el taxista. Era el principio del viaje y ya estaba encantada, espero que todo fuera tan bien como iba hasta el momento. Llegamos al aeropuerto.
-Muchas gracias Félix, ha sido un placer que nos trajeras ¿Cuánto te debo?- le pregunte sacando el fajo de billetes que nos habían dado con los billetes del avión.
-O no, guardarse eso para comer y para disfrutar su amor. Este viejo tiene dinero de sobra.- Eso si que no lo entendía, si se supone que le sobraba el dinero por qué trabajaba. Insistí un poco más pero hizo varios gestos negativos. Desistí tras intentarlo una docena de veces.
 Johnny y yo entramos en el aeropuerto, aquello era gigante, y eso que era de una ciudad de Groenlandia, no quería imaginarme como sería el de San Francisco. Nunca había montado en un avión. Espero no tener miedo a volar ni nada de eso. Cruzamos todo el aeropuerto, nos perdimos varias veces pero acabamos encontrando la puerta por la que podíamos subirnos al avión.

domingo, 11 de marzo de 2012

Cap 30. El lago

Este era mi fin. Sentí como la fuerza de la gravedad me atraía hacia el agua. La corriente del río parecía bastante agresiva, pero ellos reían alrededor mía, ignorantes a mi miedo. Me pareció que todo pasaba a cámara lenta. ¿Así sería mi muerte? ¿Tan joven? ¿De esta forma? Cerré la boca, ya que me pareció lo más inteligente que podía hacer, no me habían enseñado como se respiraba bajo el agua por lo que opté por no respirar. Si era verdad lo que decían los tipos de la televisión pronto volvería a la superficie durante unos segundos para poder respirar y después volvería a hundirme. Había visto muchas películas. Intente impulsarme con los pies para que ese momento para respirar llegara antes. Saque la cabeza del agua y me prepare para volver a hundirme, pero tal cosa no sucedió, mis pies tocaban el suelo. Me quedé como una tonta cogiendo aire, lo que hacía que pareciera un pez globo.
Todos empezaron a reírse, dejé salir el aire. Todo este calentamiento de cabeza para nada, debería haberme asegurado antes de si llegaba pie o no. No había tenido en cuenta que con mi altura en un lago pequeño como este llegaría seguro. Había sido tan estúpida que tampoco había mirado a mis amigos si solo hubiera hecho eso me habría dado cuenta.
-Hey ¿Qué os parece si hacemos peleas?- dijo Billy entusiasmado. Y se acercó a Rosie haciéndole un gesto para que se subiera a su espalda. Rosie se negaba pero algo en su mirada me decía que lo deseaba tanto como él. No me había dado cuenta de que algo había cambiado entre ellos. Rosie ya no se alejaba de él, le permitía abrazarla y se sonrojaba con los halagos, en vez de mirarlo con una expresión de rareza.
-¿Cómo que peleas?-pregunte, puede que para muchos eso hubiera sido obvio pero para mí era totalmente desconocido. Mire a Rosie, la cual ya había aceptado la petición de Billy.
-¿Nunca has hecho peleas en la playa?-dijo Johnny desconcertado-Mira súbete a mis hombros. Como no conocía el juego hice lo que me pidió. Rosie se subió encima de Billy a regañadientes, Isabelle se subió encima de Henry y Camy cogió a Lily.- Ahora intenta tirar a las demás sin caerte tú, tranquila yo te sujeto. Lo único que tienes que hacer es sujetarte con las piernas a mi espalda para tener mayor estabilidad.
Puff, no creo que este juego se me fuera a dar bien, nunca había sido muy agresiva y tampoco tenía mucho equilibrio pero de todas formas sonaba divertido. La primera pareja en caer fue la de Billy y Rosie. Nosotros luchábamos contra Camy y Lily.
-Prepárate, morderéis el polvo, wajajajajaja.  – Me sorprendía a mí misma, no sabía que era tan competitiva. Empezamos la  pelea, al principio me tambaleaba cada dos por tres, pero después le fui cogiendo el tranquillo.
-Eso ya lo veremos.-dijo Lily totalmente convencida.
No sé cómo pero conseguí hacer tambalearse a Lily, y Camy se resbalo. Solo quedábamos Isabelle y Henry y Johnny y yo. No estaba claro quién ganaría Isabelle parecía manejar el juego, y Henry tenía fuerza y equilibrio. Eran un oponente duro pero lo conseguiríamos.
-¿Habéis visto lo que han hacho ellas? Pues eso es exactamente lo que vais a hacer vosotros.- A los lados los demás apoyaban a ambos equipos no sabía quién animaba a quién ya que estaba segura de que si me despistaba me tirarían enseguida. Empuje un poco a Isabelle pero ella se echo hacia un lado y esquivo  el empujón. Ella hizo los mismo la diferencia es que consiguió hacerme tambalearme, pero Johnny me puso recta y volvimos al combate. Estuvimos así unos cuantos minutos más, pero acabaron cayendo como los otros. 

Cap 30. Parte 2

Johnny me bajó y todos celebramos la victoria e incluso Henry e Isabelle. Ahora comprendía lo que sentía la gente en las películas cuando estaban con sus amigos en la playa riéndose y tonteando, antes me parecían un poco gilipollas.
Johnny me llevo un poco más apartada del grupo.
-No hemos tenido tiempo de celebrar nuestro viaje. Nos lo vamos a pasar muy bien los dos juntos, iremos a la playa, veremos muchas cosas y lo más importante estaremos juntos en todo momento, solos tu y yo.- en su voz se notaba la alegría que ello le suponía, a mi también pero, no me gusta planear mucho las cosas, porque cuando hacia eso solían salirme fatal.-¿Te pasa algo cariño?
-No, estoy súper contenta por irme contigo, de hecho ojala durará más.
-Mira Sandy.-dijo mientras señalaba una especie de luces de colores. La aurora boreal, no me había parado a pensar en que ese suceso pasaba precisamente en Groenlandia, en verano.
Lo besé. Johnny me estrecho contra su pecho con tanta fuerza que apenas pude respirar. Fue un beso profundo y lento, impetuoso y delicado, muy distinto de todos los anteriores. Aquel beso no me transmitió muchas cosas, pero la que transmitió lo hizo con una fuerza impresionante transmitía AMOR, y deseo, pero amor sobretodo, espero que mis labios dijeran lo mismo porque ahora mismo era lo único que podía sentir.
-Sandy, se que también te gusta Henry, no te pido que me cuentes nada que no quieras contarme. Solo dime si lo nuestro va en serio. Porque yo TE QUIERO.-esas palabras resonaban en mi cabeza, yo no estaba tan segura de eso como para decírselo así tan directamente. Pero si él lo había hecho, no comprendía porque tenía dudas.-Te quiero con toda mi alma, con todo mi ser. Daría mi vida por ti. Y necesito saber si tú sientes lo mismo por mí. Necesito saber si estoy perdiendo el tiempo, si quieres a Henry. Necesito que me aclares, estoy hecho un lio. Necesito saber quién hay ahí.-dijo señalando mi corazón, lo comprendía, pero no me sentía capaz de asegurarle que lo quería. ¿Y si después cambiaban las cosas? ¿Y si Henry se me declaraba o intentaba besarme otra vez? Estaba segura que una vez le hubiera dado la respuesta no permitiría que Henry me volviera a besar, no sabía lo de la segunda vez. Tenía que pensármelo rápido, el tiempo corría, y Johnny estaba allí esperando una respuesta. Seguro de sus sentimientos hacia mí. No pasaría nada, si le decía que lo quería seguro que me dejaría seguir estando con Henry de vez en cuando. Era una estúpida, no era capaz de decir un simple te quiero a uno de los chicos más impresionantes del mundo, que me estaba entregando su corazón allí mismo.- Sandy si no lo tienes seguro…

domingo, 4 de marzo de 2012

Cap 29. La fiesta

Me desperté tarde, yo solía decir de pequeña que cuanto más durmieras más cansada te levantabas. Por supuesto eso era una teoría para convencer a mi madre de acostarme más tarde y poder ver Bob esponja. No sé por qué lo daban tan tarde si se supone que era para niños…
Baje las escaleras, conforme iba bajando empecé a oír murmullos, eso no era muy normal en esta casa. Me paré a escuchar en un sitio donde nadie podía verme.  Pero desafortunadamente dejaron de hablar… Joder que pasaba me intuían o algo. Termine de bajar las escaleras.  Henry salió a mi paso.
-Sandy, tengo que decirte algo.-por fin se iba a disculpar ya era hora, no sé por qué había tardado tanto…
-Dime. –Dije esperando su disculpa. No sé porque me importaba tanto, pero mirándolo por el otro lado no iba a dejar que me besara cuando él quisiera.
-Si  te digo, pero no aquí.-Me cogió del brazo y me arrastro suavemente hacia a fuera. Los demás no abrieron la boca, les parecía normal que Henry me llevara fuera… Johnny no estaba, tampoco se encontraba arriba. ¿Dónde estaría?
Antes de que me llegáramos al destino supe a dónde íbamos, era la tercera vez que me llevaba hasta allí. Las dos últimas veces me había besado y yo había salido corriendo en ambas. Espera que en esta no pasará lo mismo.
-Perdona si tienes intención de besarme, olvídalo. Sabes no me parece…-me quede paralizada, el claro ya no era el mismo no era la hierba verde rodeado de árboles ahora aparte tenia globos por todas partes, un gran osito de peluche en el centro y una pancarta en la que ponía Felicidades. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Hace tres semanas había sido mi cumpleaños, no había dicho nada porque no quería ocasionar molestias.-Henry… Siento haberte acusado. ¿Todo esto ha sido idea tuya? No me lo puedo creer muchas gracias- no me pude reprimir lo abrazarlo, tan fuerte que después seguro que habría perdido más de 2 kilos.
-¿Entonces, estoy perdonado?
-No digas tonterías, estas perdonado lo de ahora y las 500 tonterías más que hagas. –Henry, Mi Henry… Eso era lo que más me gustaba de él. Lo mire a los ojos, esos ojos negros…-¿Y el osito?
-Supuse que a una chica tan guapa y dulce como tú le gustarían las cosas bonitas y suaves ¿Me equivoqué?
-No acertaste de pleno, tenía uno igual cuando era pequeña pero la policía no me dejo llevármelo…
-Ehhh, que se supone que esto es una fiesta si mi única invitada se echa a llorar quedare muy mal como anfitrión. Vamos a bailar un poco.- Puso un radiocasete  y empezó a sonar una música no muy moderna.-Lo siento no me daba para más, de todas formas podemos divertirnos- La canción era de esas que se bailaban cogidos de la mano por lo que nos acercamos y nos pusimos a bailar. Nos partíamos el culo mientras bailábamos ninguno sabía bailar bien y mucho menos esta música.
-Ejem, Ejem…- dijo Camy para llamar nuestra atención- perdonar que os moleste tortolitos pero hemos oído esta música y creíamos que se había muerto alguien…
-Camy, si ellos quieren bailar pegados que bailen pegados.- Dijo Isabelle. Después de decir esto nos separamos repentinamente.
-Uuu Sandy y Henry se fueron a pasear…-empezó a cantar Lily.
-Menos mal que me eche música de verdad.  ¿Qué hace este trasto aquí?- dijo señalando el radiocasete. Lo dejó en el suelo y puso música house. Todos bailábamos. Nunca me había gustado bailar pero me encantaba hacer el tonto y eso era lo que quería hacer ahora mismo.
Los demás llegaron con paquetes envueltos.  Los abrace a todos,  Jisa y Eliseo llevaban un pequeño sobre, sería dinero. Y Johnny llevaba una cosa cuadrada y blandita. Las chicas corrieron cerca de Rosie y Billy, me habían comprado un regalo conjunto, este era muy parecido al de Johnny pero un poco más grande. 
Primero abrí el de los chicos. Empecé a romper el papel y vi asomar una cosa azul, lo puse para poder verlo entero, era un pijama de manga corta y pantalones cortos. Era de un azul parecido al vaquero pero más clarito y estaba lleno de cerezas blancas.
-Me encanta chicas. Me hacía falta uno urgentemente.- le di un beso y un abrazo a cada uno.
-Te dije que le gustaría-dijo Lily sacándole la lengua a Rosie.
Después fui  hacia Johnny, sus ojos lucían un brillo que me costaba ver normalmente, estaba tan ilusionado como yo. No sé lo que me había comprado pero procediendo de él seguro que me gustaba. Lo abrí rápido como el de los otros, al principio no vi nada. Algo cayó al suelo. Era un biquini, no sé para que me serviría ya que no tenía pensado bañarme(os recuerdo que como no llegue a irme a la playa con mis padre, no aprendí a nadar. Desde entonces cualquier mención de bañarse en el mar me recordaba el día en el que ocurrió todo.) El biquini era bastante bonito, era lila clarito con rayas blancas.
-Johnny…-en vez de tirarme media hora tartamudeando y dando las gracias como una tonta le di un beso, con eso entendería lo que quería decirle sin necesidad de palabras.
Solo me quedaba un regalo, pensaba que  nada podía superar los regalos anteriores. Abrí el sobre. No, decididamente estaba en un sueño, eso no podía ser verdad. ¿De dónde habían sacado el dinero? En mis manos estaban dos billetes de avión, e iban hacia San Francisco…
-No tengo palabras para… agradecéroslo.
-No hace falta cariño con tu cara de asombro y felicidad nos sobra.-dijo Jisa acariciándome la mejilla.-Lo único que tienes que hacer es coger la ropa que tengas y meterla en la maleta, en avión sale mañana. Y que tu acompañante haga lo mismo.
-Que bien cariño, nos vamos a San Francisco. Lo único malo es que pasaremos un calor horrible, pero por ti me voy hasta el mismísimo infierno.-Vale, Johnny eligió a quién me iba a llevar por mí, no estaba segura de con quién iba a ir antes de que él hablara, pero estaba contenta de ir con él, que hay mejor que ir a San Francisco con tu novio… y durante un fin de semana.

Cap 29. Parte 2

-Bueno pues que siga la  fiestaaa.- dijo Camy
Todos seguimos bailando e incluso algunos cantando pero yo veía a Henry más desanimado. La idea había sido idea suya, debería estar pasándolo bien en vez de cómo estaba ahora. No había palabras para definir su estado era como si estuviera triste  pero contento, es decir, que intentaba esconder su tristeza bajo una especie de sonrisa.
-¿Oye, por qué no vamos a bañarnos al rio?-mierda, nadie sabía que yo todavía no sabía nadar. Eso era muy incómodo para mí ya que una chica de 16 años no sepa nadar…
-¿No hace mucho frío para eso?, creo que estamos a 15º C.-todos se rieron de mis palabras hasta Henry parecía haber recuperado su sonrisa natural.
-Sandy, se te ha olvidado que somos hombres lobo, para nosotros esto es como si estuviéramos a 30º C.-me dijo Lily.
-Bueno seguro que Eliseo y Jisa están preocupados por nosotros.
-Estas de broma, nos han dicho que no volvamos hasta las 4:00 de la mañana y todavía no son las 11:00.-dijo Johnny.-Sandy, ¿Te preocupa algo? Si no quieres ir, pues no vamos.- Les iba a decir que no, pero al mirar sus caras no me atreví a negarme. Todos estaban muy ilusionados con esa pequeña aventura nocturna.
-Si quiero, solo que creía que no era bueno bañarse después de bailar.-Todo el mundo estallo en carcajadas.
-Es después de comer, inculta…-me corrigió Isabelle. Me cogió del brazo e hizo lo mismo con Camy que a su vez agarro a Lily y así hicimos una especie de cadena.
Mientras no llegábamos intentaba pensar en una escusa para no poder bañarme pero  parecía que todo estaba en mi contra. La temperatura de los lobos, no hacía nada de viento, A las chicas les encantaba el agua. Y para colmo me habían comprado un biquini. Espera un momento y si…
-Chicas se os olvida un  detalle, vosotras no tenéis biquini…
-Pues si lista, me he comprado uno bien mono y las demás también-dijo Rosie con su tono de quejica normal.
-¿Y los chicos?- pregunte rezando en silenció para que la respuesta fuera Anda si es verdad…
-Nosotros también.-Dijeron Johnny, Henry y Billy. Todos los mostraron. El de Henry era azul clarito con cuadrados negros, seguro que le quedaría de muerte. El de Billy era uno bastante simple, era negro y le llegaba hasta las rodillas. El de Johnny era lila con cuadrados negros, era exactamente igual que el de Henry pero el de Johnny iba a juego con el mío. Viendo que los miraba a los dos dijeron:
-Es que estaban de rebajas si te llevabas dos del mismo modelo te daban ese…-dijeron señalando el de Billy-además a Billy le gusta el negro.
No sabía cómo decirles que no había aprendido a nadar se supone que eso lo aprendes antes de los 6 años. Todavía intentaba desesperadamente buscar una excusa.
-¿Y dónde nos vamos a cambiar?
-Pues es verdad, no lo habíamos pensado.-Dudó Isabelle.
-No pasa nada, yo iré a casa a por toallas, así tendremos algo con lo que cubrirnos.-Como nosotros íbamos en forma humana era posible que cuando lleváramos un poco más de camino Henry ya nos alcanzaría.
Pasamos un rato, estaban todos hablando sobre cosas tontas. Yo estaba demasiado preocupada por la vergüenza que pasaría en breves momentos que no me interesaban para nada esos temas. Henry nos alcanzo con las toallas, y todos decidimos transformarnos en lobos porque si no, no llegaríamos nunca.
Llegamos al  lago en 10 minutos. Todos nos pusimos los bañadores/biquini. Parecía que los chicos ya se habían cambiado con una simple toalla alguna vez porque 5 minutos después ya estaban listos. Las chicas nos costaba un poco más, como ellos  habían terminado, los mandamos a por algo inútil para poder cambiarnos sin las toallas. Cuando los chicos volvieron todas estábamos listas para bañarnos, bueno yo lista, lista lo que se dice lista pues no mucho pero…
Los chicos empezaron a tirarse al agua haciendo que nos salpicará, Isabelle y Lily gritaban cada vez que se tiraba alguno. Yo normalmente lo habría hecho pero ahora mismo… Después Henry y Johnny empezaron a mojarnos. Billy se dedico a salir del agua mojado, coger en brazos a Rosie y a tirarse al agua con ella. Solo quedábamos 4. Henry salió también del agua y con la ayuda de Johnny empezó a tirar uno por uno. Primero tiraron a Camy, ella les dio unos cuantos golpes a los dos pero aún así ella estaba dentro del agua.
-Venga ahora… ¿Quién será la siguiente?-Los dos me miraban a mí. Nooo, se lo tenía que decir antes de que fuera demasiado tarde o moriría ahogada. Por suerte Isabelle se tiró encima de ellos intentando contraatacar, pero todo intento fue inútil. Otra que cayó al agua. Había llegado la hora, también quedaba Lily pero ella optó por tirarse sola ya que vio que no había escapatoria.
-Sandy, Sandy, Sandy, todos sabemos que vas a morir. ¿Por qué no te rindes como Lily?-claro que iba a morir pero literalmente. Estaba intentando que Johnny no me cogiera, pero Henry me agarro por la espalda y me tiró al río.