domingo, 30 de octubre de 2011

Capítulo 21 (Parte 1)

21. LA MANADA
La chica parecía verdaderamente aterrada y andaba con la cabeza agachada.
-Ya sé que te resultará difícil pero tienes que contarnos lo que ha pasado ahí. -dijo Henry intentando hacer que la chica contara su historia para poder ayudarla.
-….Vale, si es por nuestro bien os lo contare…Todo empezó poco después de desembarcar, oí unos gritos que decían ¡¡hombres lobos, hombres lobos!!, enseguida salí corriendo por que creía que me iban a matar. -Al ver mi cara de no entender nada, enseño la marca, a diferencia de mi a ella se la habían hecho en lo alto del hombro, así no la descubrirían tan pronto-. Os vi a vosotros huir e intente hacer lo mismo pero Evan me cogió del brazo, al hacerlo se me levanto un poco la manga -Llevaba manga corta-. Me había descubierto, en ese momento comprendí que no saldría de allí con vida y si lo conseguía sería herida. Evan me arrastro hacia el bosque allí empezó a pegarme, me iba a convertir en lobo cuando empecé a oír los gritos de los guerreros. Aproveche unos segundos de desconcierto y salí corriendo… Corrí todo lo que pude y horas después me encontré a Henry, el me vio llorando y me trajo aquí. Creo que tuve suerte de que Evan se despistara. Si no, no sé lo que habría ocurrido. -Se enjuago las lágrimas, y extendió el brazo a modo de saludo-.Soy Rosie.
Nos presentamos y a continuación invitamos a Rosie a hospedarse con nosotros. No nos convenía una loba solitaria y herida vagando cerca de aquí. Pero una cosa ocupaba mi mente, Evan vendría a por nosotros, tarde o temprano pero al fin y al cabo vendría.
-Chicos, ¿sabéis lo que eso significa, verdad?- pregunte para ver si era la única que había pensado en eso.
-Si conozco a Evan lo suficiente para saber que no parara hasta vernos muertos a todos -dijo muy convencido Johnny-. Será mejor que reunamos más lobos para por lo menos poder luchar contra ellos o tener oportunidad de escapar.
-Si eso es cierto deberemos estar preparados desde ahora nada de salir solos a cazar, no pasaremos de la valla, haremos patrullas de noche. Bueno lo de cazar se hará por parejas o más de dos personas. Ni se os ocurra salir solos. Y en lo que a se refiere a Emily… Lo siento, pero no podrás salir hasta que la situación se calme, a no ser que vayamos todos.- Emily se entristeció al oír las palabras de su hermano, pero bajo levemente la cabeza en forma de asentimiento.
Nos sería difícil luchar contra los guerreros, ellos tenían armas y nosotros éramos 4 lobos y Emily que se podía considerar como un cachorro. No creo que lo lográramos pero quien no arriesga no gana. Solo había 2 camas de matrimonio y 2 individuales por suerte Henry había previsto acoger lobos que se encontrara en el bosque e hizo habitaciones demás.
A mí como ya suponía me tocaba dormir con Johnny, cuando él propuso dicha idea Henry bajó la cabeza pero dijo un seco vale. Ese vale me dolió, no esperaba que se negara pero ver cómo le dolía nuestra relación…


Capítulo 21. (Parte 2)


Llego la hora de acostarse con las prisas por salir del barco no habíamos cogido ni un simple pijama, es decir o dormíamos en ropa interior o con el incomodo y largo (lo los jefes no les gustaban las relaciones entre los guerreros y las sirvientas, por lo tanto nos ponían un uniforme horrible y para colmo la falda me sobrepasaba las rodillas) uniforme de trabajo…Me decante por la segunda opción por mucho calor que pasara me daba demasiada vergüenza que Johnny me viera en ropa interior. La razón por la que pasaría calor no era por que hiciera calor, era porque poseíamos una temperatura mucho más alta de lo normal, y si a eso se le sumaba dormir tan pegada a Johnny… Creo que pasaría calor hasta desnuda. Las personas normales salían con tres camisetas y un abrigo, nosotros íbamos de manga corta. Como vivíamos en el bosque nadie sospechaba.
Nos acostamos en la cama, a diferencia de mi Johnny que había elegido la primera, los bóxer de color azul le quedaban de muerte, tenía unos músculos… el no notó que me lo comía con los ojos. De repente me miro de arriba abajo.
-Mi niña te vas a asar como un pollo con eso. -Su voz tenía un tono burlón que hacía que yo pareciera una niña enrabietada.
-No que va, estoy muy bien -respondí esperando que no notara mi mentira.
-Bueno pero qué no sea porque yo estoy aquí. Que sepas que yo te quiero muchísimo no me importa que no quieras que te vea, de hecho me hace bastante gracia -dijo, en su rostro apareció una sonrisa tonta como las que me solían salir a mi solo que a él lo hacían mucho más guapo.
-¿Gracia?, ¿y se puede saber por qué te hace gracia mi decisión? –pregunté, haciéndome la indignada. Pero sabía  exactamente el porque. El hecho de sentir vergüenza de mi cuerpo era extraño para mí, ya que nunca me había pasado. Claro que nunca había tenido la oportunidad de dormir casi desnuda con Johnny.
-Porque eres como una niña, te da vergüenza muchas cosas, y eres pequeñita… -(si pequeñita para él era yo, que media uno setenta y pico, no sé lo que debe de ser grande. Pero hay que tener en cuenta que era bastante más alto que yo)
-Con que una niña pequeña, ehhh. A ti te voy a dar yo niña pequeña. -intenté empujarle pero me esquivo y si no me llega a coger me caigo de la cama.
-No te enfades mi niña, a mi me gustas así. Ni se te ocurra cambiar nunca. -Dicho esto me dio un beso de buenas noches.
Que frases más bonita. A mí me gustas así, no cambies nunca. Me la habían dicho, pero casi siempre amigas, y en la boca de Johnny sonaba mucho mejor. Se giró dejando una vista fantástica de su esculpida espalda. Los entrenamientos habían dado su fruto. Las gotas de sudor empezaron a caer por mi frente. Pues bien empezábamos.