domingo, 6 de mayo de 2012

Cap. 36 (Parte 2)


-Llevo toda la vida luchando contra lobos y gatitas como tú. ¿Qué te pensabas que ibas a ser la única? La única diferencia es que ahora no está tu príncipe para salvarte. Que penita me das. Morir tan joven y guapa. Sabes si te hubieras unido a nosotros tendrías mucho más poder.  Serías mi reina. – Me susurro estas últimas palabras al oído. Qué asco me dio. Nunca me tendría, prefería morir.
-Me das asco. Nunca estaré contigo. Antes prefiero morir. – No pareció molestarse con mi desprecio. Intente morderle, pero me sujeto de forma en que no podía atacarle, y menos desprenderme de él.
-Bueno es una lástima nena. Va a ser un desperdicio. Pero si quieres morir, no te lo voy a negar.- Me convertí en lobo para tener más fuerza y poder liberarme de sus brazos. Pero me tenía bien cogida. Aunque  mi fuerza era mayor ya no podía escapar. Se las arreglo para atarme en un cubo de basura. Era un hombre súper raro. ¿Quién lleva una cuerda siempre a mano? Aunque también había que pensar que era un loco que quería matarme.  Volví a mi forma humana. No me valía de mucho estar en forma lobuna, si pasaba alguien, no creo que se acercara a ayudar a una pobre loba indefensa.
- Johnny vengará mi muerte. Te aplastará como un asqueroso bicho que eres. – Dije intentando meterle miedo, él no sabía que Johnny se encontraba muy lejos de aquí, y que no tenía ni idea de a donde había ido.
-Tu noviete no va a hacerme ningún daño. De hecho cuando te mate lo traeré aquí para que vea tu cadáver. Seguro que le encanta. Nos reiremos los dos juntos, que te crees que eres la mujer de su vida, que no hay más peces en el mar. Por favor. Que cursi. Seguro que ya te imaginabas a Johnny jugando con el pequeño Johnny junior mientras tú hacías la comida.-  No tenía tantos planes con Johnny, sus palabras me hirieron, pero no iba a dejar que él lo viera. Sabía que no tenía razón, Johnny me quería. Lo sabía, él me quería. No sé si pasaríamos el resto de la vida juntos, pero él no me quería solo para acostarse conmigo. No era un ser tan repulsivo, como Evan quería pintarlo.
-Así Y ¿Cómo se supone que me vas a matar?- Quizá tarde un poco más de lo normal en contestarle, pero ni una sola lágrima resbaló por mi mejilla. No le daría ese gustazo a Evan. Yo lloraba por muchas cosas, pero nunca por las palabras salidas de la boca de ese imbécil.
-Ummm, supongo que como eres mi reina, te dejaré elegir. Aquí no tengo materiales pero tranquila mi hotel está aquí cerca y me parece que tú no iras a ninguna parte.

En cuanto salió por el callejón me sacudí para librarme de las cuerdas. Pero estaban demasiado apretadas. Algo me decía que no saldría de allí. Había llegado mi hora. Johnny no tenía ni idea de donde me encontraba y mis amigos estaban en Groenlandia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario