-Llevo toda la vida luchando contra lobos y
gatitas como tú. ¿Qué te pensabas que ibas a ser la única? La única diferencia
es que ahora no está tu príncipe para salvarte. Que penita me das. Morir tan
joven y guapa. Sabes si te hubieras unido a nosotros tendrías mucho más
poder. Serías mi reina. – Me susurro
estas últimas palabras al oído. Qué asco me dio. Nunca me tendría, prefería morir.
-Me das asco. Nunca estaré contigo. Antes
prefiero morir. – No pareció molestarse con mi desprecio. Intente morderle,
pero me sujeto de forma en que no podía atacarle, y menos desprenderme de él.
-Bueno es una lástima nena. Va a ser un
desperdicio. Pero si quieres morir, no te lo voy a negar.- Me convertí en lobo
para tener más fuerza y poder liberarme de sus brazos. Pero me tenía bien
cogida. Aunque mi fuerza era mayor ya no
podía escapar. Se las arreglo para atarme en un cubo de basura. Era un hombre
súper raro. ¿Quién lleva una cuerda siempre a mano? Aunque también había que
pensar que era un loco que quería matarme.
Volví a mi forma humana. No me valía de mucho estar en forma lobuna, si
pasaba alguien, no creo que se acercara a ayudar a una pobre loba indefensa.
- Johnny vengará mi muerte. Te aplastará como
un asqueroso bicho que eres. – Dije intentando meterle miedo, él no sabía que
Johnny se encontraba muy lejos de aquí, y que no tenía ni idea de a donde había
ido.
-Tu noviete no va a hacerme ningún daño. De
hecho cuando te mate lo traeré aquí para que vea tu cadáver. Seguro que le
encanta. Nos reiremos los dos juntos, que te crees que eres la mujer de su
vida, que no hay más peces en el mar. Por favor. Que cursi. Seguro que ya te
imaginabas a Johnny jugando con el pequeño Johnny junior mientras tú hacías la
comida.- No tenía tantos planes con
Johnny, sus palabras me hirieron, pero no iba a dejar que él lo viera. Sabía
que no tenía razón, Johnny me quería. Lo sabía, él me quería. No sé si
pasaríamos el resto de la vida juntos, pero él no me quería solo para acostarse
conmigo. No era un ser tan repulsivo, como Evan quería pintarlo.
-Así Y ¿Cómo se supone que me vas a matar?-
Quizá tarde un poco más de lo normal en contestarle, pero ni una sola lágrima
resbaló por mi mejilla. No le daría ese gustazo a Evan. Yo lloraba por muchas
cosas, pero nunca por las palabras salidas de la boca de ese imbécil.
-Ummm, supongo que como eres mi reina, te
dejaré elegir. Aquí no tengo materiales pero tranquila mi hotel está aquí cerca
y me parece que tú no iras a ninguna parte.
En cuanto salió por el callejón me sacudí para
librarme de las cuerdas. Pero estaban demasiado apretadas. Algo me decía que no
saldría de allí. Había llegado mi hora. Johnny no tenía ni idea de donde me
encontraba y mis amigos estaban en Groenlandia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario