La cena termino poco después, no dijimos nada
más excepto algún que otro comentario sobre lo que había pasado estos días
anteriores. Después Isabelle, Lily, Camy, Johnny y yo recogimos la mesa. Rosie
y Eliseo lavaban los platos.
Después de terminar de recogerlo todo, las
chicas y yo nos metimos en la que era su habitación. Camy la había decorado un
poco con la pintura que sobro de la otra casa. Pero aún así estaba mucho mejor
que antes. Empezamos a hablar como siempre.
-Habéis visto al nuevo. Sandy tu que pasa cada
vez que sales traes un tio bueno.- dijo Camy en plan broma. Aunque sabía que Matt podía pasar
perfectamente por un modelo.
- Bueno pues la próxima vez me voy contigo.-dijo Lily y todas reímos
a la vez. Rosie como casi siempre se
quedo callada sin soltar ningún comentario, y riéndose. Lo que me resultó
bastante raro es que Isabelle no dijera nada. Ella hablaba normalmente, no
tanto como yo, pero hablaba. Y si se trataba del físico de un chico… Nos
podíamos tirar horas enteras hablando.
-Isabelle, y tú qué piensas de Matt- pregunte
indirectamente. Todos los ojos fueron hacía Isabelle, la que empezó a ponerse
un poco nerviosa. Pero, finalmente contesto.
-Bueno, es… normalito.- todas nos quedamos anonadadas
frente la respuesta. Podíamos decir que
un chico era feo, que era guapo, que
estaba súper bueno, pero que era normalito. Nunca habíamos oído tal
calificación en ninguna de nuestras conversaciones. – Bueno quiero decir que
está bastante bueno, pero esta mejor el
Alex Pettifer, ¿o me vais a decir que no?- Todas coincidimos en eso, un
tio podía estar buenísimo pero si superaba Alex Pettifer…
La conversación siguió y no volvimos a sacar el tema de
Isabelle y sus palabras para describir a Matt.
Poco después cenamos lo que había sobrado de la comida. Una vez más
volvíamos a la rutina, la cuál a veces parecía cansada pero a mí me gustaba
dejarme de tanta playa, y tanto calor.
Llego la noche y tocó acostarse. Subía a
nuestra habitación. Johnny estaba tumbado en la cama con unos bóxer lilas con rayas negras. Tenía la cabeza
apoyada en la pared y estaba ojeando un pequeño libro.
-¿Qué lees?- pregunte acostándome al lado
suyo.
-Nada importante.- Dejo el libro y se volvió
hacia mí. - ¿Y tú, que tal tú primer día de vuelta al día a día?- preguntó
mientras me apartaba un rizo de mi cara.- Por cierto te he dicho alguna vez que
me encantan tus tirabuzones.
- Bueno, no creo.- empecé a ponerme un poco
roja. No sabía por que pero cuando algún chico
me decía algo bonito, en vez de contestarle un simple gracias o alguna
indirecta inofensiva, me ponía roja como un tomate y agachaba la cabeza. Johnny
puso el dedo índice en mi barbilla y me
levantó la cabeza poco a poco.
-No tienes porque ruborizarte, no te lo digo
porque te quiero ni porque estoy tan enamorado de ti que dos segundos sin ti
serían un infierno. Te lo digo porque es verdad. Tu pelo es precioso, tus ojos
de color avellana te hipnotizan nada más mirarlos. Y el resto de ti es tan
perfecto o más.- Si no quería que me ruborizara eso no ayuda en nada.
- No digas tonterías. Lo dice el chico que no
tiene unos pedazos ojazos azules, que no tiene la piel sin un solo grano. Que
no tiene un cuerpo perfecto. Que no es sensible, simpático y cariñoso. Por
favor, si te presentaras a un concurso de perfección te echarían porque no
admiten profesionales.- Unos segundos después en su rostro asomo una pequeña
sonrisa, él sabía que yo tenía razón, y no solo lo pensaba yo, las chicas que
nos miraban atónitas en San Francisco me habían recordado que estaba con un 10
y no llegaba ni a un simple 6.
- A la, exagera un poco más. – Empezó a imitar
una escena de American dad.- Sandy, es
la policía, vienen a arrestarte por exagerada.- la voz de Stan Smith le salía
calcada. A pesar de que pretendía convencerlo no pude evitar la carcajada que
amenazaba con salir de mi garganta al oír su imitación.
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