Cuando terminamos de cenar estaba llena, había
comido cuatro trozos de carne y muchas patatas fritas. Aparte de dos platos de
pasta. El oso era mucho más nutritivo que todo eso. Por lo menos aquí nuestro
gran apetito no llamaría la atención ya que todos comían más de lo que debían. Nadie se dio
cuenta de que comíamos mucho, más de lo normal.
Subimos en el ascensor. Matt había comido
menos que nosotros ya que era un humano pero cualquiera podría haber dicho que
era un lobo haciendo dieta. Llegamos al piso de Matt, él bajo diciéndonos:
–buenas
noches chicos, qué ¨durmáis¨ bien… - entendía su ironía perfectamente, pero no
iba a reírle las gracias y precisamente esa noche no creo que ¨durmiéramos¨
bien. Pero sin embargo Johnny si le rió la gracia. En toda la noche ni
siquiera le había visto dirigirle una
pequeña sonrisa y ahora le reía el
chiste. Una de dos, o quería tema… o empezaba a caerle bien Matt. No sé si
estaba preparada para hacerlo, hasta ahora no había pensado en eso. La verdad es que casi nunca me había dado
tiempo a tener novio. Unos cuantos ligues, pero no duraban más de 6 meses. Eso
no lo podía considerar como un novio. Por lo tanto esperaba que fuera la segunda
opción, así el viaje se haría más llevadero.
Seguimos subiendo y yo seguía calentándome el
coco con el temita del sexo… No estaba preparada, no estaba preparada,¿ o sí?
No, no, no, no, no definitivamente NO estaba preparada. No sabía que Johnny
estaba en ese punto. La verdad es que en
casa me había frenado un par de veces, pero yo solo quería besarlo
apasionadamente, creo que no estaba dispuesta a llegar a la tercera base. Habíamos bromeado sobre ello pero… Bueno no
pasaría nada, yo se lo diría, él me quería y esperaría a que estuviera preparada,
espero. Tenía que confiar en él. No, mejor le decía que tenía la regla o que me
dolía la cabeza. No, tenía que decírselo. No. Si. Joder, mi mente no se ponía
de acuerdo, y lo peor de todo es que una pequeña parte de mi deseaba hacerlo
tanto o más que él. Pero esa parte no debía salir. No estaba preparada.
No sabía cuánto tiempo llevábamos subiendo
pero a mí se me hacia eterno. Todas esas dudas en mi cabeza. Eso significaba
que no estaba preparada, mi madrina decía que cuando quieras hacerlo debes tenerlo
claro. Un momento ¿Desde cuándo le hacía caso a mi madrina? Nunca había
escuchado sus consejos sexuales, en serio.
Llegamos al piso y caminamos hacia la puerta.
Yo iba como un zombie, era presa de mis sentimientos, dudas y pensamientos. No
sabía qué hacer y eso me mataba por dentro.
Johnny pareció verme la cara y sin decir nada se quedo en
calzoncillos y se metió en la cama. Me comprendía, aunque fuera un tio, me
comprendía. De todas formas las dudas no se disiparon, que pasaría la próxima
noche, y la próxima. No podía evitar esa conversación. Me senté en un pequeño
balcón que tenía la habitación. Las vistas eran geniales. Eso me ayudaría a
relajarme y a pensar.
Me empezó a entrar sueño. Esa conversación iba
a ser complicada, pero debía decirle la verdad, era mi novio. Igual que hoy
había comprendido mi cara, también entendería eso. I si no, tendría que
buscarme un chico mejor, ya que ese no merecería la pena. Estaba hablando como
mi abuela, creo que era producto del sueño, por lo que pensé que pensaría mejor
con la cabeza despejada. Sí, dormir me vendría bien ya que al final había
acabado con un verdadero dolor de cabeza.
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