domingo, 22 de abril de 2012

Cap 34. La playa


Me arrastro, literalmente, hacia la playa pero no pudo meterme en la arena en vez de eso me senté en un banco que había en el paseo, tenía unas vistas preciosas. Viendo que no iba a conseguir moverme se sentó a  mi lado. Apoye mi cabeza en su hombro y juntamos nuestras manos. Por mucho calor que hiciera estaba mejor de lo que había estado en mucho tiempo.
-Johnny, te tengo que contar porque no quiero ir a la playa. Pero me da mucha vergüenza. Primero prométeme que no te vas a reír de mí.- Le dije mirando al suelo.
-Cariño, yo nunca me reiría de ti, esa duda me ofende.- puso cara de indignado pero sabía que no estaba enfadado conmigo, porque la chispa seguía en sus ojos. No había pensado en la posibilidad de que no se riera de mí. – Venga cuéntame, ¿alguna situación traumática en el agua de pequeña?
- No, por eso mismo, nunca me he bañado en la playa. Yo no sé… no sé nadar. Nunca fui a la playa, mis padres no tuvieron tiempo de enseñarme. Por eso no quiero meterme, mira las olas ¿y si una me arrastra?
-Ay mi niña, tan insegura como siempre. Yo te cogeré. Nunca dejare que te arrastre una ola. Te tendré entre mis brazos en todo momento.-solo el imaginarme estar tanto tiempo en aquellos brazos… Me estremecí.
-Si me prometes que así será, a lo mejor me baño.-Dije para que no pareciera que estaba deseando que me envolviera con esos brazos fuertes y robustos.
-¿A lo mejor? ¿Cómo que a lo mejor? – me cogió en brazos. Empecé a chillar, no me gustaba, que la gente me cogiera, hacía que me sintiera débil y frágil , y menos de esa manera, aunque tratándose de Johnny…
-Vale, vale, pero suéltame o por lo menos cógeme bien.- me cogió de forma que parecía un bebe gigante y bajó las escaleras conmigo.- Estás loco no llevamos los bañadores puestos. –me dejó en la arena.
-Solo nos vamos al hotel si prometes que mañana vendrás VOLUNTARIAMENTE a bañarte.
- Bueno… No conseguirás cogerme. –empecé a correr por la arena, sabía que Johnny era más rápido pero yo tenía ventaja. Me pisaba los talones, tendría que correr más rápido todavía. Se tiró encima de mí en plancha y los dos caímos al suelo. Nos reímos y rodamos por la arena. Creí que este viaje iba a ser empalagoso y aburrido. Pero había resultado todo lo contrario. Me estaba acostumbrando a querer a Johnny tanto o más de lo que él me quería a mí.

Después de estar más de media hora riéndonos y hablando tumbados en la arena, nos levantamos y partimos hacia el hotel. Cuando llegamos me duche, estaba llena de arena. Veremos a ver mañana. Bajamos a cenar. Podíamos elegir entre un italiano y un buffet libre. Optamos por el buffet ya que a él no le apetecía la pasta, a mi sin embargo siempre me apetecía, ya que era mi comida favorita. En la entrada del buffet nos encontramos a Matt.
-Hey, ¿qué tal parejita?- dijo con su sonrisa, la verdad es que no me hacía falta conocerlo más solo con ver su cara y sus ojos. Tenía que ser de fiar. Ya sé que confió demasiado rápido en la gente pero no me quedaba más remedio.
-Pues nada de compras, con mi niña.-dijo rodeándome la cintura con el brazo.- ¿y tú qué tal el día?
- Pues nada del otro mundo, lo que se suele hacer cuando vas de viaje ¿os importa si me siento con vosotros?
-Pues claro que no. –dije yo sonriendo. Entramos y cogimos una mesa cercana a la mesa donde estaba la comida. Nunca había estado en un buffet, me llamo la atención tanta comida y que los camareros iban y venían pero nunca se paraban.  Veía que la gente llenaba muchísimo los platos. Me levante para echarme yo también. Matt vino conmigo, agradecía que se hubiera levantado seguro que él sabía dónde estaba todo, más o menos.

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