-Salir de la ciudad… Perdone Juana la loca
quiere dejar el cuerpo de mi novia y volver al más allá.-Dijo intentando
bromear. Su sonrisa cegadora no iba a
evitar que dejara el tema de salir del bosque y pasear por los alrededores.
-Estoy perfectamente cuerda, además Juana la
loca también lo estaba. Llamarla loca fue una estrategia de su padre, Fernando
el Católico y su malvado esposo, Felipe el hermoso, para que no heredara los
territorios de su madre.- Puse tono de profesora indignada por la estupidez de
sus alumnos, la verdad es que me salió bastante bien, deduje que era de las
tardes en las que jugaba a las profesoras cuando era pequeña.
-Perdone, señora, pensé que hablaba con Sandy,
no con mi profesora de historia. No sé si usted se ha olvidado que yo no tuve
la oportunidad de ir al instituto.- La verdad era que no lo recordaba, pensaba
que mis conocimientos no eran tan avanzados y que la gente común se las sabía
de memoria.
-No pasa nada señor… - Me di cuenta de que no
sabía su apellido. Él pareció notar lo que quería decir y me ayudo a seguir con
la frase.
-Williams, Johnny
Williams. -Dijo imitando a James Bond.
-Bueno señor Williams a pesar de su patente
falta de conocimientos en historia, no voy a castigarle, ni le pondré un cero,
únicamente le pido una cosa.- Una sonrisa apareció en sus labios al leerme el
pensamiento.
-No se profesora, digamos que eso es más bien
una actividad que se encuentra fuera del horario escolar.- reparé en que ya era
hora de dejarse el juego de Alumno/profesora, si no acabaríamos pareciendo una
película porno.
Me acerque a su rostro de forma que su
respiración entrecortada se mezclaba con la mía. Colocó la mano en mi cintura y tiro para
atraerme hacía él. Nuestros cuerpos quedaban únicamente separados por una fina capa
de ropa. Nuestros labios se unieron y
ambos nos quedamos unos minutos disfrutando de la dulce sensación que ello nos
producía.
-Me parece que lo que tú quieres no es ver más
sitios.-dijo en tono juguetón. La verdad es que él me interesaba mucho más que
cualquier sitio del mundo, pero aún seguía convencida de dar un paseo por las
afueras de la ciudad.
-Bueno, pensaba que te gustaría el cambio de
planes- dije en tono despreocupado, podíamos volver a donde lo habíamos dejado
en cualquier momento. Nos esperaba una vida juntos, no sabía si los hombres
lobos vivían más que las personas o menos, pero lo que tenía claro era que,
mientras muriera al lado de Johnny moriría feliz.- Pero como no es así me
remonto a mi antiguo parecer. Vamos, hermosos parajes nos esperan.
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