domingo, 17 de junio de 2012

Capítulo 42. (Parte 2)


-Salir de la ciudad… Perdone Juana la loca quiere dejar el cuerpo de mi novia y volver al más allá.-Dijo intentando bromear.  Su sonrisa cegadora no iba a evitar que dejara el tema de salir del bosque y pasear por los alrededores.
-Estoy perfectamente cuerda, además Juana la loca también lo estaba. Llamarla loca fue una estrategia de su padre, Fernando el Católico y su malvado esposo, Felipe el hermoso, para que no heredara los territorios de su madre.- Puse tono de profesora indignada por la estupidez de sus alumnos, la verdad es que me salió bastante bien, deduje que era de las tardes en las que jugaba a las profesoras cuando era pequeña.
-Perdone, señora, pensé que hablaba con Sandy, no con mi profesora de historia. No sé si usted se ha olvidado que yo no tuve la oportunidad de ir al instituto.- La verdad era que no lo recordaba, pensaba que mis conocimientos no eran tan avanzados y que la gente común se las sabía de memoria.
-No pasa nada señor… - Me di cuenta de que no sabía su apellido. Él pareció notar lo que quería decir y me ayudo a seguir con la frase.
-Williams, Johnny Williams. -Dijo imitando a James Bond.
-Bueno señor Williams a pesar de su patente falta de conocimientos en historia, no voy a castigarle, ni le pondré un cero, únicamente le pido una cosa.- Una sonrisa apareció en sus labios al leerme el pensamiento.
-No se profesora, digamos que eso es más bien una actividad que se encuentra fuera del horario escolar.- reparé en que ya era hora de dejarse el juego de Alumno/profesora, si no acabaríamos pareciendo una película porno. 
Me acerque a su rostro de forma que su respiración entrecortada se mezclaba con la mía.  Colocó la mano en mi cintura y tiro para atraerme hacía él. Nuestros cuerpos quedaban únicamente separados por una fina capa de ropa.  Nuestros labios se unieron y ambos nos quedamos unos minutos disfrutando de la dulce sensación que ello nos producía.
-Me parece que lo que tú quieres no es ver más sitios.-dijo en tono juguetón. La verdad es que él me interesaba mucho más que cualquier sitio del mundo, pero aún seguía convencida de dar un paseo por las afueras de la ciudad.
-Bueno, pensaba que te gustaría el cambio de planes- dije en tono despreocupado, podíamos volver a donde lo habíamos dejado en cualquier momento. Nos esperaba una vida juntos, no sabía si los hombres lobos vivían más que las personas o menos, pero lo que tenía claro era que, mientras muriera al lado de Johnny moriría feliz.- Pero como no es así me remonto a mi antiguo parecer. Vamos, hermosos parajes nos esperan.

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