Me desperté temprano esa mañana, era lo único
malo de la rutina, no podía soportar el hecho de que los rayos del sol entraran a las 7:00 de la
mañana, pero eso de que lo hicieran en el mejor momento del sueño, justo cuando
estas lo más cómoda que se puede estar y que el sueño te llama para que te
vuelvas a sumergir en él y olvidarte de todas tus obligaciones.
Me debatí unos minutos debería hacerle caso a
mi cuerpo, y quedarme en la cama, o obedecer a mi cerebro y al dicho de A
quien madruga dios le ayuda, y levantarme. Opte por la segunda opción, me
levante y me dirigí al baño moribundamente. Los zombis se reirían de mi forma
de andar si me vieran. Me mire al espejo y me desperté de repente. Vaya pinta
que tenía, mis ojeras no se arreglaban con un poco de maquillaje. No debí quedarme hasta tarde hablando con
Johnny debería haberme acostado después de cenar como una niña buena. Me agache
para lavarme la cara, cuando me puse derecha encontré a Johnny detrás de mía.
-Buenos días. Dime una cosa ¿Cómo consigues
estar tan guapa por las mañanas?- Jajá, que gracioso, no había salido del baño
y ya se estaban riendo de mi aspecto, decidí demostrarle que no iba a seguirle
el juego, pero sin pasarme, el no tenía la culpa de mi aspecto. Decidí que un
simple comentario y sacarle la lengua era el punto justo para mostrar mi
desacuerdo frente a su idea, y no ser borde.
-Déjale las bromas a Matt, se le dan mejor que
a ti.- El me miro, y después de comprender lo que quería decir me rodeo la
cintura con sus brazos, tenía los brazos tan largos que podría rodear un clon
mío a la vez.
-No es broma mi niña, estás tan guapa o mejor
que cuando te acostaste. – su tono meloso hizo que me estremeciera, a pesar de
llevar tanto tiempo juntos, nuestro contacto físico seguía poniéndome nerviosa,
y algo me decía que nunca me acostumbraría a él. Me fije en su aspecto, sin
dudarlo su aspecto de recién levantado era mejor que él mío, su pelo estaba
despeinado salvajemente, en vez de peinado como solía estar, y en su piel no
había rastro de cansancio, ni sueño. Si no lo conociera pensaría que es una especie de dios al que no
le salen granos, ni ojeras.
Después de desayunar Henry me pidió que
saliera a cazar con Johnny, que ellos se habían hecho una planificación estos días
y que de momento querían seguir así. Me sentí un poco apartada, pero pensé que
no había nada de malo en estar a solas con mi Extin un poco más de tiempo.
Quizás era eso lo que querían, que tuviéramos nuestro regalo, a pesar de ser
aquí en vez de en San Francisco. A Johnny le encanto la idea, y poco después
salimos a cazar. Cuando llevábamos un rato andando se paró y se volvió hacía
mí.
-¿Qué te parece si nos damos un
respiro?-Pregunto Johnny con tono alegre y un poco cantarín.- No creo que haga
falta estar toda la mañana cazando, y si volviéramos antes seríamos un estorbo,
ya los has oído tiene su planificación.- Pensé en la propuesta intentando
visualizar algún pero o trampa, pero la verdad es que tenía mucha razón.
- Tienes toda la razón, si no nos relajamos no
seremos capaces de cazar ni un solo ciervo.-Ambos sabíamos que eso no era
cierto, pero como escusa no estaba tan mal.- Que te parece si damos una vuelta
por la ciudad, debe de haber lugares muy bonitos y románticos fuera del bosque.-
Johnny me miro como si estuviera loca.
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