Me senté
en un banco cubierto de enredaderas por ambos lados. La naturaleza se mostraba
por todos lados. En este sitio no había ni rastro de urbanización, el aire era
tan fresco como antes de que se inventara el coche, pequeños pajaritos piaban
en los arboles cercanos. Una pequeña inspiración de aquel aire, hacia que mis
pulmones saltaran de alegría en mi interior.
-No voy
a preguntarte que te parece, supongo que tu cara me lo dice todo. Descubrí este
lugar en uno de mis viajes a Groenlandia, no sabía si me acordaba de cómo
llegar, pero aquí estamos.- Johnny tenía razón mi cara debía de ser un cromo.
Se sentó
a mi lado y pasó el brazo por detrás de mi hombro. Me agache y pose la cabeza
en su pecho, aquí se estaba muy tranquila, y más con Johnny.
-Al
final tienes razón mi niña, me está sentado muy bien ver sitios nuevos, sobre
todo si los veo contigo.-Estuvimos un rato disfrutando de nuestra intimidad.
Johnny
miró el reloj y se levantó sorprendido.- Estoy muy cómodo aquí, pero si no
quieres contar lo que hemos estado haciendo toda la mañana debemos cazar algo
pronto.
Pensé en
la situación que nos vendría encima, las chicas riéndose y diciendo uhhh,
dándome pequeños codazos, Henry mirando al suelo desanimado… No, mejor que
cazáramos algo pronto.
Llegamos
a casa y nos encontramos la mesa puesta y todos haciendo tareas por toda la
casa, no paraban. Por lo que yo recordaba antes no estaban tan atareados.
Aunque no habíamos tenido mucho tiempo habíamos cogido un oso, por lo que esta
tarde no era necesario salir a cazar más tarde. Rosie, Lily, Camy e Isabelle
estaban sentadas en el suelo. Sus carcajadas se oían por encima del barullo.
-¿Qué
Sandy, has cazado mucho?- Pregunto Camy, el tono de la pregunta produjo risitas
entre ellas.- Lo que me temo es que lo que has cazado no nos sirve para
comer.-Aclaró por si no había pillado la indirecta.
Me uní a
ellas, haciendo caso omiso a los comentarios, sabía que ninguna de ellas quería
hacerme daño con ellos y como era verdad tampoco me molestaban. Momentos
después nos unimos todos a la mesa para comer.
Había
sido una mañana estupenda, y esperaba con ilusión que la tarde fuera igual, o
me conformaba simplemente con que se parecieran.
Después
de recoger la mesa me senté con las chicas en la pequeña salita y hablamos
sobre como habíamos pasado la mañana. Examine sus rostros y me di cuenta de que
Charlotte no estaba con nosotras, no me importaba mucho, pero me extrañaba que
prefiriera estar sola a riéndose con nostras.
-Uff, por fin ha terminado la mañana, las tareas de
la casa me agotan. Si no fuera porque estamos todos juntos me volvería a mi
casa.- dijo Isabelle, se notaba que era broma lo de irse, pero todas sabíamos
que en lo primero tenía toda la razón.
-Bueno
Sandy, tenemos que mandar más indirectas
o nos vas a contar porque habéis tardado tanto en cazar esa miseria.- Me
ofendí un poco de la manera en la que se dirigía a nuestra caza, pero era
verdad.
-Es que
últimamente los osos están muy escondidos, seguro que la mayoría ha invernado.-
Aunque yo la considere una buena escusa antes que decirla, ninguna de ellas me
creyó. Isabelle levanto una ceja para confirmar lo que ya sospechaba.
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