domingo, 13 de noviembre de 2011

capitulo 22.(Parte 2)

-¿Henry tu y Sandy os dais besitos?-pregunto Emily inocentemente.
-No exactamente Emily, Sandy se da besitos con Johnny.-dijo intentando explicarle lo que pasaba entre nosotros. Lo mire y el brillo había desaparecido de sus ojos.
-Pues Sandy, creo que Henry es mejor que Johnny. Además Henry te quiere, se lo he visto cuando te mira…- Para ser una niña pequeña era muy observadora.
Enseguida me sonroje y desee que la tierra me tragara, en ese momento llegó Johnny, mi salvador,  su melena le caía sobre los hombros, llevaba una camisa verde azulado y unos pantalones vaqueros piratas.
-Hola mi niña, ¿Has dormido bien?-después de decir esto poso sus labios sobre los míos durante pocos segundo pero esos segundos bastaron para acelerar mi circulación.
-Sí, no he pasado nada de calor. ¿Y tú qué tal?- Ha Henry se le escapó a una pequeña carcajada, al oírme decir que no había pasado calor, él sabía que había estado sudando por cuando nos vimos en la ducha.
-Bueno, Johnny ¿Te importa cuidar de Emily un momento?- sabía que le era duro pedirle a Johnny que cuidara de su hermana pequeña, pero era la mejor opción, además también estaba Rosie.
-Por supuesto que no, que os lo paséis bien cazando.- Dijo poniendo la mejor de sus sonrisas.
Dicho esto Henry y yo salimos de la casa y nos dirigimos hacia el bosque. Unos momentos después sentía el viento el mi pelaje castaño, era casi igual que mi pelo pero menos rizado. Esta vez estaba preparada ningún oso podría conmigo. Empecé a oler eso otra vez pero ya no estaba desprevenida, me acerque con cautela y mire a Henry. Cuando hiciera un gesto ambos saltaríamos a los puntos débiles del oso y tendríamos comida e incluso a lo mejor cena. Sacó la lengua de forma juguetona, esa era la señal. Me tiré a la pierna del oso con tanta fuerza que casi se derrumba, pero cuando Henry se le tiro al cuello no pudo aguantar. 5 Minutos después ya habíamos matado al oso, reconozco que era mucho más difícil que los ciervos, espero que el esfuerzo merezca la pena. Al volver nos cruzamos con un lobo, no sabíamos si era de los nuestros o era un lobo normal, ya que era un poco pequeño para ser de los nuestros pero aun así sus ojos verdes parecían estar pensando lo mismo que nosotros.
De repente se convirtió en humano, nosotros hicimos lo mismo, era bajito, de ay lo del tamaño de lobo normal, tenía el pelo negro y los ojos de un gris reluciente llevaban unos pantalones largos vaqueros y una camiseta de manga corta de color verde hierbas.
-¿Quién eres, no te he visto por aquí?-pregunto Henry para comenzar la conversación.
-Vengo huyendo de los guerreros, de la manada del este. ¿Aquí que manada ahí?-pregunto el chico.
-Bueno ella es Sandy y yo Henry, estamos intentando formar una manada, tenemos muy pocos miembros si quieres te puedes unir.-tras decir eso se dio cuenta de lo que había insinuado.
-Ahh, yo encantado soy Billy, me encantaría formar parte de una manada llevo semanas vagando por ay sin rumbo.-parecía que me examinaba con los ojos, eso me molestaba un poco pero si queríamos ser muchos debía empezar a ser más tolerante.

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